Ritornando

Últimamente me he estado planteando comenzar a escribir mas seguido en el blog. Me libera, me divierte, me hace mas feliz. 

Lo único que me frenó todo este tiempo es el hecho de pensar en mis posibles o futuros seguidores, y he ahí el problema cuando me encontré intentando satisfacer las necesidades de un lector inexistente para centrarme en mis necesidades como escritora. Así que ahí vamos! con un nuevo comienzo y un blog mas desordenado 

El vigilante nocturno (reconstrucción de mi primer relato de terror)

Todo comenzó una tarde de invierno. Había venido mi primo a jugar y nos tirábamos con las buluquitas del árbol paraíso. Me gusta mucho el patio de mi casa, es grande y tiene un galpón donde se puede hacer un departamento; cuando me voy a dormir, la ventana que esta en la punta de mi cama me deja ver el patio y el árbol de duraznos.

Ese día estábamos tan aburridos, que le pedí a mi primo que me contara una historia de terror. Y nos contó de un hombre lobo que vivió en San Vicente -el barrio de mi abuelo- cuando el nono era chiquito. Esa noche no tuve miedo porque no era noche de luna llena. Pero miré al cielo a través de la ventana y me pregunté si realmente existían los fantasmas, si existía Dios y los sucesos sobrenaturales, después me fui a dormir sabiendo que no obtendría respuestas.

Estaba durmiendo, pero en el medio de la noche escuché un ruido muy fuerte, se trataba de mi perro que había saltado contra la puerta, estaba llorando y muy asustado, jamás lo había sentido en ese estado. Miré hacia la ventana como solía hacer cada vez que me despertaba durante la noche, eso me tranquilizaba. Pero esta vez me sobresalté mucho, sentí que el corazón se me iba a salir y que la adrenalina corría por mis venas, me mareé demasiado. En mi ventana estaba observándome un ser muy alto vestido de negro, mirándome fijamente. No parecía un hombre, parecía un monstruo, extremadamente flaco y alto, tan flaco que era humanamente imposible. Me metí bajo las sábanas, sentía que me faltaba el aire, no podía articular una palabra para gritar y despertar a mi mamá, lo peor de todo es que aún sentía su mirada clavada sobre mí.

Al día siguiente me desperté mas calmada pero, aunque seguía asustada, no le quise contar a nadie para que no pensaran que mentía o estaba loca. Me consolé pensando que, tal vez había sido una pesadilla, pero al día siguiente se repitió el suceso. Mi perro Bobby arremetía contra puerta y lloraba. Cuando instintivamente dirigí mi mirada hacia la ventana, allí estaba de nuevo ese ente mirándome. Me envolví en las mantas y comencé a llorar fuerte. Al día siguiente me enteré que mi perrita había muerto y por suerte jamás lo volví a ver.

El secreto de la felicidad

La vida nos mete a veces, por caminos sinuosos. Pero, para ser felices debemos equivocarnos, debemos sortear dificultades, para aprender. Una vez que aceptemos que no siempre vamos a obtener el resultado deseado y aprendamos a mantener una actitud positiva, entonces estaremos preparados para ser felices.

Y en este punto debemos aclarar otro asunto: la felicidad no está en lo que otra persona pueda ofrecerte, no está en el dinero, no está en la familia ni en las metas, sino que depende de la actitud para con uno mismo. Con esto no quiero decir que otra persona, alguna adquisición o meta no puedan brindarte algún momento de felicidad, sino, que solo depende de nosotros mismos. Por ejemplo, un caso muy común es el de esas personas que parecen tenerlo todo pero sin embargo son tan infelices, uno se preguntará que les falta en la vida para completar ese vacío. En realidad, todo se trata de actitud, de no dejarse influenciar por los pensamientos negativos, comenzar a pensar en positivo a pesar de las adversidades de la vida, forzar a uno mismo para siempre ver el lado positivo de las cosas, de las personas, a creer que todo es posible y comenzar a luchar con todas sus fuerzas por lo que uno desea. No dejar que la tristeza nos gane, no dejar que las personas influyan en nosotros negativamente, evitar compararnos con otras personas, no tomar como personal las actitudes que otra persona puede tener con nosotros (si no nos quiere, es mejor alejarnos. Y a veces puede ser que esa persona solo tenga un mal día). Y a no preocuparse, que todo tiene solución excepto la muerte. Por último, al seguir estos consejos no quiero decir que necesariamente van a vivir felices comiendo perdices, la felicidad no viene a nosotros, nosotros debemos trabajar para conseguirla, es una manera de vivir.

Serás feliz en determinados momentos, y en otros no, es fácil ser felices cuando nos mantenemos con una actitud positiva a pesar de los problemas, o al menos el proceso será mas llevadero.

Aquel que sueña y lucha por lo que ama, siempre es el vencedor. Nunca fracasarás si jamás te das por vencido. Y a diferencia de lo que a muchos nos enseñaron de chicos, siempre podemos obtener lo que queremos.

 

Carnevali

No han pasado mas de 5 años de aquel suceso que aun me pone la piel de gallina de solo recordarlo. Habíamos pactado ir de campamento con mis amigos Fernanda, Pablo y Franco a las afueras de Córdoba, el lugar aún no estaba decidido, queríamos improvisar y pensamos que debería ser un lugar que nos inspirara aventura. Aproximadamente a 5 minutos de pasar el peaje decidimos meternos por el camino largo que va hacia Carlos Paz y que bordea Malagueño. Entre medio de caminos campestres, en el pueblito de La Perla (mas conocido por el campo de exterminio que funcionaba durante el período de la dictadura militar) pasamos en frente de un gran edificio al lado de la ruta que se encontraba en ruinas rodeado de maleza y árboles, realmente nos llamó la atención que el lugar estuviera rodeado de casas y autos abandonados, dándole así un aire místico.

Ese día hacía un calor infernal, en pleno enero había una temperatura de aproximadamente 32°C, y Pablo uno de los chicos decidió parar a comprar bebidas en un pueblito posterior llamado Yocsina la gente parecía bastante tranquila, tenia el aspecto de ser un pueblo industrial que subsistía principalmente de la fábrica que estaba situada en un extremo del mismo. Después de abastecernos se me ocurrió preguntarle al señor que atendía sobre ese edificio que parecía estar abandonado hace ya muchos años. Nos comentó que era un matadero que funcionaba en las épocas de la dictadura militar y que fue abandonado misteriosamente, el señor también nos dijo que solían ir jóvenes a practicar tiro al blanco. La señora del kiosko -que permanecía sentada tejiendo- nos comentó con un halo de misterio que durante la noche se escuchaban ruidos en el cuarto donde se cortaba la carne, y que según algunas personas se había comentado que el lugar fue escenario de numerosas torturas, no solo de animales sino incluso de personas durante la dictadura militar. Decidí que ese debía ser el lugar donde teníamos que ir, mis amigos no estaban muy convencidos puesto que ellos preferían internarse mas en las sierras Cordobesas. Al final logré convencerlos porque una pequeña tormenta se avecinaba y tal vez resguardarnos debajo de una construcción era lo mas conveniente por el momento. Al llegar al lugar parecía un sitio normal, había mucha maleza por lo que acceder con el fíat 600 de Franco nos era casi imposible, decidimos entonces tomar una ruta alternativa, entramos por una calle de tierra abandonada donde a nuestra derecha podíamos apreciar numerosas casas abandonadas, que deben haber estado en esa condición desde finales de la década del 80. Una vez que nos acercamos lo mas que pudimos con el auto, bajamos y nos dirigimos al edificio, no parecía tan aterrador en un principio, pero a medida que nos fuimos acercando, la sensación de estar siendo observados comenzó a ser evidente para cada uno de nosotros, en aquel momento atribuimos eso a la sugestión y nos internamos en el edificio sin problemas. A simple vista era un edificio abandonado para nada fuera de lo normal, pudimos corroborar que efectivamente se practicaba tiro al blanco, por los cartuchos de balas que vimos en el suelo, el lugar estaba pintado con aerosol y la mayoría de las paredes estaban cubiertas de cerámicos destruidos por el paso del tiempo.

 

Comenzamos a hablar sobre temas de poca importancia, cuando escuchamos un fuerte estruendo que provenía de la terraza del edificio, realmente nos sobresaltamos puesto que esos lugares abandonados se llenan de borrachos o personas que van a drogarse. Pero al ir donde se había generado el estruendo, nos llevamos la sorpresa de que no se encontraba nadie en el lugar y comenzamos a reírnos a carcajadas. Dejamos el asunto y comenzamos a preparar las carpas dentro de un cuarto en el edificio para estar mas resguardados.

Al terminar la faena estábamos tan cansados que solo atinamos a irnos a dormir, Pablo durmió con Franco y yo por mi parte dormí con Fernanda. Estaba durmiendo profundamente y en mis sueños se aparecían unas imágenes aterradoras de como unos adolescentes eran arrastrados a la fuerza a ese edificio y de las numerosas torturas a las que eran sometidos, pero una de las víctimas me observaba. Su mirada estaba clavada en mí rogando que hiciera algo, pero yo era incapaz, de pronto me invadió el terror y me desperté. Pude ver un resplandor al lado de la carpa, seguramente alguno de los chicos se levantó para ir al baño, habíamos tomado varias cervezas antes de dormir y yo también tenia ganas de ir, me aventuré entonces a vestirme un poco, pero al abrir un poco la carpa la luz se apagó, salí de la misma e intenté recordar en que parte de la habitación me encontraba. Llamé a Pablo y a Franco pero nadie me respondió, sentí que me tomaron de la mano y automáticamente descubrí que se trataba de Franco por su altura. Le pedí que me llevara a un lugar apartado para ir al baño, Franco se acercó y me chistó al oído para que no hiciera ruido y despertara a los otros, suelo hablar muy fuerte cuando esta oscuro. Cuando nos acercábamos al exterior del edificio, la luz de la luna comenzó a iluminar todo. Me voltee a ver a Franco pero ya no estaba mas a mi lado. Me sentí asustada, no soy de creer en fantasmas pero la verdad es que prefería no ir sola afuera. Volví a la carpa como pude y me volví a dormir. Al día siguiente le reproché a Franco el no haberme acompañado al baño y el me miró de lo mas sorprendido, aludiendo que él jamás se había levantado en la noche, y Pablo dijo que tampoco, pero sin embargo en un momento sintió un olor nauseabundo y prendió la linterna. En ese preciso instante vio mi sombra al lado de su carpa y apagó la luz al corroborar que era mujer, dio por sentado que era Fernanda o yo. El terror se apoderó de mi, yo no había salido de mi carpa hasta que se apagó la luz, Fernanda permanecía dormida a mi lado y la carpa de los chicos estaba a varios metros de la mía, era prácticamente imposible que esa fuera yo. Indagué mas detalles con Pablo  y la descripción de la chica coincidía con la chica de mi sueño. Les conté todo, pero no hicieron nada mas que reírse de mí e insistir que estaba siendo supersticiosa. Cuando en ese momento escuchamos un grito desgarrador, entonces salimos corriendo asustados mas que todo por el relato de mi experiencia la noche anterior que por el grito en sí. Afuera una vez mas no había nada, pero por dentro se sentía que subían y bajaban las escaleras corriendo, como si se tratara de varias personas. Nos asustamos, pero al saber que habíamos olvidado nuestras pertenencias adentro decidimos volver a entrar a buscar todo, y lo peor del asunto era que el cuarto donde habíamos dejado las carpas, era el mas inaccesible y oscuro de todos, suponíamos que sería el lugar que menos posibilidades tenía de derrumbarse sobre nosotros. Pero al entrar el panorama fue aterrador.  Cuatro personas estaban tiradas en el piso boca abajo, desnudas y maniatadas. Pedían por favor que los liberaran. Y al lado estaba la chica de mi sueño observándonos suplicante. Corrimos lo mas rápido posible, tuvimos que dejar las cosas ya no nos importaban. No era la terrible visión la que nos había dejado sin aliento, sino que por esos eternos segundos que duró todo sentimos la angustia de esas personas en nuestra alma, sentíamos el terror de no saber cuando volvían a torturarnos, sentíamos la preocupación por nuestros familiares que seguro nos estaban buscando, sentíamos la angustia de saber que definitivamente no íbamos a salir vivos de allí.

Cuando salimos de ese espantoso lugar paramos al lado de la ruta a calmarnos un poco. Fue en ese momento que apareció una señora que vendía pan casero, en un ataque de desesperación y de miedo, con la total desaprobación de mis amigos, le rogué a la señora que me contara más sobre esa construcción. La mujer me dijo que ella solía vivir cerca del lugar, pero que tuvo que abandonar la casa porque escuchaban muchos ruidos durante la noche, gritos sobre todo, pero lo peor fue cuando uno de sus hijos pequeños vio una chica bañada en sangre llorando fuera de su casa y había quedado tan aterrado por la visión que tuvieron que mudarse. El carnevali solía ser un matadero de animales, pero ella dice que a finales de la década del 70 había movimientos raros de los militares durante  la noche en ese lugar, solo que en aquel momento nadie indagó mas por miedo a represalias.

Al escuchar esto se me congeló la sangre, solo quise huir lo mas lejos de ese lugar. Cuando volvimos a Córdoba nos separamos, pero nuestra amistad jamás sería la misma, no volvimos a hablar desde entonces. Pero por las noches al dormir el recuerdo del terror que sentí esos segundos no me dejaban tranquila, esa chica mirándome suplicante junto con los otros chicos que miraban al suelo, que no tenían rostro, identidad. ESO, descubrí que era lo que pasaba y denuncié ese lugar. Fueron meses de lucha pero lo conseguí. Un grupo de peritos encontró 5 cuerpos humanos en el lugar, que mediante un análisis de ADN, llegaron a identificar a las víctimas. Un día recibí la visita de la mamá de la chica encontrada. Me vino a agradecer porque gracias a mí encontraron a su hija, ya no será mas una desaparecida, ya recibió la ayuda que buscaba.

Desde aquel entonces jamás volví a pasar por esa ruta. Pero al pasar por el otro lado cada vez que me dirijo a Carlos Paz, me siento muy observada por alguien a la entrada del Centro Clandestino de La Perla.

Mi gran fracaso escolar (Entrada catártica)

Voy a contar -tal vez- el peor trauma de mi vida. Pero para eso me tengo que remontar al año 1993, recuerdo como si fuera ayer mi primer día de clases, me llevaron a una casa que oficiaba de guardería, entramos en el galpón y de pronto vi por el portón que mis padres se alejaban de a poco, no recuerdo si estaba mi hermana en aquel momento conmigo pero al menos yo lloraba. No tenia idea si iban a regresar, no recuerdo si me contaron a que iba ahí la cuestión es que yo era muy distraída y si lo habían hecho no los había escuchado o a mis 3 años no había tenido la madurez suficiente para procesar lo que me estaban diciendo. Lloré, lloré mucho mientras los veía desaparecer por la ventana del portón, ellos se tomaron de la mano y no miraron atrás. Recuerdo que lloré tanto que vomité un poco, la maestra -que no había intentado consolarme en todo ese tiempo- me envió a lavarme la cara al baño mientras me limpiaba un poco la cara con un pañuelo que tenia un olor raro. Cuando voy al baño recuerdo encontrarme con dos nenas de aproximadamente 4 años, tal vez por esa necesidad del ser humano de adaptarse para sobrevivir, decidí que debería socializar con esas nenas y comencé con un : Hola! y cuando ellas me miraron en ese estado se asustaron y dijeron que iban a llamar a «la seño», esa fue la primera vez que escuché ese nombre. Después también recuerdo haber llorado varias veces mas, me decían  «no llores que ya sos grande», hasta que finalmente un día llegué y no lloré, pero por dentro me consumía la tristeza y me sentía mala cada vez que se me escapaba una lágrima. Los niños jugaban entre ellos, pero yo jamás encajé. Me sentaba con ellos en una hamaca enorme donde entraban muchos niños y me daba vértigo porque iban muy fuerte, o corrían pero yo era muy lenta. Entonces me alejé, permanecía cerca de mi hermana, que era la única persona que conocía.

Pasó un tiempo cuando tenía 4 años me pasaron a un jardín de infantes normal, creo que entré a salita de 5 pero como mi cumpleaños es a mitad de año entre con menos edad que la mayoría de los niños.  El jardín de infantes ya era mas placentero, tenia una seño muy divertida, me gustaba dibujar y había hecho afinidad con algunas compañeritas, una se llamaba Virginia y la otra Florencia, eran lindas calladas como yo y hablábamos mal de los compañeros que nos pegaban por ser tranquilas, también tenía otra amiga: «Leila» ella se lo pasaba al lado de un chico que estaba en silla de ruedas, «el Guille», y por último: Vero, era una amiga que hice porque nuestras madres eran amigas. Dentro de todo el jardín era mucho mas placentero, me gustaba bailar rock and roll, o cuando la seño le ponía una zanahoria como nariz al maniquí que teníamos en clase y que de vez en cuando vestíamos.

En primer grado retomamos el problema, mis notas no eran las deseadas y mis mejores amigas del jardín ya no estaban, pero al menos no estaba Gonzalo, que era un nene que nos pegaba. Mi mamá quería que me juntara con una nena que era brillante, había tenido estimulacion desde temprana edad y obviamente sus habilidades sociales, motricidad fina y gruesa y todo lo demás eran mucho mas avanzados que la mayoría de la clase, también me seguía juntando con Leila, pero porque en parte sentía un poco de lástima por ella y sentía la necesidad de ayudarla de alguna manera pero no quería ser su amiga. Con mi amiga inteligente lo pasaba muy bien, pero su realidad era diferente, tenía un pizarrón en su casa y siempre había algo escrito, algo de carácter pedagógico en parte me sentía inspirada a aprender cuando iba a su casa, pero obviamente ellos pactaban horarios especiales para estudiar y yo me sentía bastante por debajo a su nivel de conocimiento y tenia miedo de ser ridiculizada. Me juntaba mucho con los chicos nuevos del colegio, me gustaba que se sintieran incluidos, les hablaba y les sonreía a veces jugábamos a las atrapaditas, pero no necesitábamos siquiera saber nuestros nombres o edades. Muchos de los nenes del grado me excluían de los juegos porque eran juegos para nenes de 6 años y yo tenía 5. En los primeros meses de segundo grado lo pasaba sola, y de hecho me gustaba tenia tiempo para observar a los otros nenes, para ver a aquellos que disimuladamente levantaban galletitas del suelo, para no compartir mi merienda y para no sentirme excluida. Un día me enfermé de parálisis facial, y para mi eso no significaba nada, pero mi profesora me envió a llevar el registro a dirección, que tal vez era el peor lugar para mí porque le tenía terror a las maestras y peor a la directora que se lo pasaba gritando y menospreciando niños llenos de energía. Pero llegué a la dirección bajo la mirada atenta de las directoras y unas profesoras, yo tenia miedo mi voz temblaba y por alguna razón las directoras se reían, yo sentía que se reían de mi. Salí de ahí muy triste y enojada, pero al llegar al lado del grado me apoyé en la pared del grado porque presentí que la profesora había tenido una doble intención (porque solo mandaba a los mejores de la clase a llevar el registro) y escuché que mi señorita Aurora decía: no la dejen sola a la Noe en los recreos, ella tiene una enfermedad. En ese momento me sentí peor pero entré con la esperanza que cambiara de tema pero no lo hizo. En el recreo no pude caminar tranquila, muchos nenes me precedían abrazados a mi, mi paz y tranquilidad se veían alterados por una oleada de lástima y de sincera solidaridad infantil, cosas que yo no había solicitado. A mitad de año entraron dos nenas, creo que venidas del colegio del lado, se llevaban como perro y gato pero eran super divertidas. Una se llamaba Malena Henault, que ahora con el pasar de los años no me queda duda que era superdotada, las charlas eran muy entretenidas con ella al fin había encontrado a alguien con quien hablar de temas teológicos, del Diablo, la vida, la muerte, los fantasmas, la familia, los animales, la gente del colegio. Y lo que mas me gustaba de ella es que a pesar de ser la segunda mejor del grado jamas le interesó demasiado hacerme notar eso sino en cambio  ella era tan natural y tenía un carácter muy particular.  La otra nueva amiga se llamaba Lucía Echeverría, ella era la antítesis de Malena, era amable, graciosa, regordeta y bastante verborrágica, sus notas no eran de lo mejor y se preocupaba bastante por eso.

Lo pase muy bien con ellas la mayor parte del primario, a menudo me veía envuelta en sus peleas y lo único que podía hacer era reír, de vez en cuando también encontraba mis momentos de soledad para estar tranquila en los recreos, a veces me gustaba compartir juegos con los mas pequeños o los mas grandes, raramente me juntaba con los de mi edad. Sus preocupaciones y planteamientos me parecían ridículos, como si tuvieran otra edad diferente a la mía, cada vez que hacia bromas nadie las comprendía y me sentía muy frustrada cuando me trataban como una nena. A diferencia de muchas de ellas no me interesaba la competencia, ni ser la mejor, ni tener novio, ni ser la mas linda, ni vestirme a la moda, sino lo que mas me gustaba, que era jugar. En las horas de clase cuando la seño hablaba, yo miraba por la ventana e imaginaba historias increíbles, no me interesaba mirar hacia un pizarrón negro con cosas aburridas, sabiendo que afuera estaba el aprendizaje real.

Pero después llegó lo peor, cuando pasé a cuarto grado mis notas bajaron drásticamente, entonces citaron a mi mamá por supuestas sospechas de que yo era retrasada mental y que iba a tener muchos problemas en secundario, usaron muchos calificativos para intentar decir eso, yo recuerdo haber estudiado en casa con mi mamá pero todo era frustrante, estudiaba de memoria y por suerte puedo decir que mi memoria era la mejor de todo el grado sino ni pasaba los exámenes. Me enojé mucho cuando escuché que las señoritas se referían a mi como una persona de menor capacidad intelectual, simplemente jamas se les ocurrio que tal vez era diferente, que el sistema en si no se estaba adecuando a mis necesidades. Yo tenía mucho interés por aprender, pero no me gustaba que me impusieran lo que tenia que estudiar, recuerdo haber estudiado las láminas didácticas de cartón de la revista Anteojito y haber hecho todos los experimentos científicos que salían en las revistas. Amaba leer y escribir, desde chica fue una gran aficción y lograba terminar libros de 200 hojas en un día, desde los 8 años que no tuve errores ortográficos de importancia. Decían también, que era una nena antisocial, porque tenia pocas amigas y no siempre estaba con ellas, pero la curiosidad es que afuera del colegio tenia muchos amigos y jamas me costó hacer amigos en lugares nuevos.

Pasaron los años e ingresé al secundario, el cambio fue brusco, no conocía a nadie porque comencé en un colegio lejos de donde estaba el anterior, los chicos tenían otros intereses, recuerdo que el primer día un chico me pregunto si quería chapar con el y para mi eso fue rarísimo, no me interesaban los novios ni nada. Ahí comencé a estar sola pero esta vez era diferente, necesitaba estar con amigos, así que me hice un grupo de amigas, pero no había nadie que me comprendiera todos estaban inmersos en temas de novios, rebeldía, independencia, etc, yo quería relajarme no me interesaba crecer tan rápido. En este primer año de secundario me dio mi segunda parálisis facial y por lo tanto eso significó muchas faltas al colegio para ir al fisioterapeuta plus psicóloga, lo que me atrasó mucho en el colegio y me llevé 9 materias. Jamás voy a comprender como hice para aprobar 5 materias en diciembre, estudiando todo lo que vi en un año en 20 minutos, no recuerdo como hice. Pero me quedaban 4 para marzo y mis padres decidieron que lo mejor para mí era que repitiera el año por mi siempre aparente «atraso escolar». En los dos años siguientes mejoré mis habilidades sociales rodeándome de una variedad de grupos de amistad, y el estudio paso a estar en segundo plano. Como a los 16 años elegí cambiarme de colegio para tener mas tiempo para dedicarme a actividades que me gustan, ya pensando mas en mi futuro. Como tenía buenas habilidades en comunicación decidí ser profesora o traductora de inglés. Y volví a un colegio público y de jornada única. El programa era menos exigente y ahi sentí que podía comenzar de nuevo, así que hacia las tareas y de vez en cuando escuchaba en clase, jamas estudie en verdad en el colegio pero si lograba comprender los conceptos no tenia necesidad de estudiar. Comencé a destacar en la comunicación social y mis profesores me hablaban de lo buena que era para motivarme en esa área, pero ellos no sabían que a eso no lo había aprendido de los libros ni de los apuntes, sino a partir de la experiencia, de la observación de todos estos años.  Hacia el penúltimo año tuvimos un profesor de psicología, el me ayudo a abrir la mente, a salir de la autocompasión y pensar que SI se puede, que yo no era retrasada como me había autoconvencido, sino que era inteligente con un pensamiento crítico y una capacidad de análisis bastante elevados. Desde aquel momento en la actualidad no hay nada que yo no pueda aprender, he aprendido varias cosas como autodidacta y para mi es una necesidad muy fuerte la de estar continuamente aprendiendo, estimulando la inteligencia, dando rienda suelta a la imaginación. Y en cada instante que aprendo algo de a poco curo las heridas de una educación dolorosa.

Cuento de hadas

En una noche de luna llena dos niños pescaban frutas del arroyo. Leni el mas pequeño preguntaba por qué la luna estaba entera.

-La luna esta redonda porque se come a los niños que se pierden de noche -Respondió Sisi la hermana mayor-

Leni asustado se aferró aún mas fuerte a su hermana pero Sisi estaba mas asustada aún. La noche había llegado antes, se habían distraído comiendo las frutas pescadas. Eran una frutas particulares que crecían en el agua y comían flores. Los niños en el campo se divertían mucho pescándolas y mucho más comiéndolas.

Esta vez Sisi se lamentó el haberse quedado mas tiempo en el arroyo y ahora no podía ver el camino de regreso, su madre de seguro ya estaba preocupada. Sabía que la Luna no comía niños, sin embargo sintió la necesidad de alertar a su hermano que parecía muy confiado en ella y no quería moverse del lugar porque sabía que cuando alguien se perdía debía permanecer en un mismo sitio para ser encontrado rápidamente.

Se escuchó un movimiento de hojas causado por el viento que asustó a Leni y el pequeño pronto se encontró corriendo en dirección hacia el bosque. Sisi quedó sola pidiendo a su hermano que regresara pero el silencio le asustó y comenzó a llorar.

Y de pronto distinguió en la oscuridad una niña de su edad observándola atónita

-¿Quien eres? ¿Que haces aquí?- Preguntó Sisi recuperando la calma al saber que no estaba sola

La niña la observó con una expresión de terror y se escondió detrás de un árbol

-¡No te vayas! Yo también estoy perdida. Y tengo miedo.

La niña salió de su escondite y se asomó con curiosidad. Se aproximó a Sisi y esta pudo distinguir dos alas hermosas que brillaban con el resplandor de la luna

-¿Quién eres?- pregunto Sisi fascinada. Tal vez en otra situación se habría asustado en cambio ahora esa niña era su única compañía y parecía totalmente inofensiva

-Soy un hada y tu eres humana

-Si, sé que eres un hada, he escuchado de ti en cuentos. Pero quiero saber como te llamas

-Soy Felia. Se supone que no debo estar hablando contigo pero escuché que llorabas y no quería dejarte sola. No tengo permitido hablar con humanos

-¿Por qué? Yo sé que las hadas son buenas, todos saben eso

-Porque ustedes se asustan cuando alguien es diferente, nos lastimarían queremos ser felices

-Es verdad. Los adultos no entienden a veces algunas cosas como los niños. Tengo miedo y no se a donde fue mi hermano.

-Tu hermano esta dormido detrás de esa roca. No pensabas que iba a alejarse mucho de ti ¿No?

Sisi sonrió y juntas caminaron hacia donde estaba Leni. Tomó al pequeño entre sus brazos y esperó mientras hablaban sobre el maravilloso mundo de Felia, pero en cierto momento el sueño la venció. Despertó a la mañana cuando la luz de la mañana le iluminaba el rostro, se encontraba en su cama y se sintió un poco decepcionada al comprobar que solo había sido otro de sus sueños fantásticos. Se levantó de la cama y contemplo los dibujos de diferentes hadas que había dibujado minutos antes de ir a dormir. Y en uno de ellos estaba nada más y nada menos que Felia, no recordaba haber hecho ese dibujo. Lo tomó entre sus manos y por detrás del dibujo había un escrito: La luna esta llena para iluminar el camino de aquellos niños que se pierden en el bosque…

Sugar-free cookies

Y nos hacemos las inglaterranas con el título del post. Galletitas de avena riquísimas sin azúcar refinada. 

Ingredientes:

-Avena tradicional (2 tazas)

-Miel orgánica (1/2 taza)

-Aceite neutro

-Un puñado de pasas de uva

-Canela y jengibre molidos (a gusto) 

-Un puñado pequeño de coco rallado (opcional)

 

Materiales necesarios:

-Licuadora/mini-primer/ microprocesadora o mortero

-Olla pequeña

-Espátula de madera

-Cortante con la forma deseada

-Recipiente con forma rectangular

-Fuente apta para horno

 

Preparación:

1.Licuar o procesar los copos de avena hasta dejarlos con la consistencia deseada.

2.En una olla colocar el aceite y la miel a fuego lento hasta que tome una consistencia líquida

3.Agregar la avena, las pasas de uva y el coco rallado a la olla. Incorporar los condimentos y mezclar.

4.Una vez que esté bien integrado apagar la hornalla y esparcir la preparación en una fuente rectangular.

5.Cortar las galletitas con el cortante y colocarlas con mucho cuidado -para que no se desarmen- en una fuente rociada con aceite neutro.

6.Hornear por 20 minutos a temperatura media

7. Dejar enfriar y servir

Y Voila! espero que disfruten estas galletitas tanto como yo

La vida de una estatua

Lo peor de ser una estatua es que permanecen siempre en el mismo sitio. Hay gente que disfruta ser estatua porque las estatuas decoran una casa o un parque. Solo permanecen ahí perfectamente estáticas en una pose extrañamente incómoda pero NO se mueven. En verano cuando el sol quema, las estatuas sufren, en invierno cuando hace frío se congelan, en primavera los pájaros dejan sus desechos sobre ellas y en otoño las castiga el viento. Y así con el paso de los años se van deteriorando, pero las estatuas permanecen impasibles en su sitio por miedo a conocer el mundo, un mundo en movimiento. 

Amor sano

Cuando el amor es doloroso, tal vez no es amor, tal vez es solo pasión. Es el momento en el que tenés que comenzar a evaluar que pasa con vos misma que buscas relaciones conflictivas y que te hacen sufrir. Evaluar tu pasado, analizar que querés para tu presente y posible futuro. Y si no funciona, aceptarlo como un aprendizaje. Una vez que aprendas a diferenciar entre amor y pasión, una vez que te des cuenta que con tu amor no vas a poder cambiar (o sanar) a la persona que tenés al lado, una vez que descubras que si realmente te ama no tenes que hacer nada mas que ser vos misma para que permanezca con vos, una vez que aceptes que si no funciono no es por tu culpa, en ese momento no solo vas a comenzar a tener relaciones mas sanas sino te vas a descubrir a vos misma, vas a aprender que sos capaz de todo